En 1796, un médico rural de Inglaterra, el doctor Eduardo Jenner, observó que las mujeres recolectoras de leche adquirían ocasionalmente una especie de «viruela de vaca» o «viruela vacuna» por el contacto continuado con estos animales, y que luego quedaban a salvo de enfermar de viruela común.

Trabajando sobre este caso, Jenner tomó viruela vacuna de la mano de la granjera Sarah Nelmes e insertó este fluido a través de inyección en el brazo de un niño de ocho años, James Phipps, quien mostró síntomas de la infección de viruela vacuna.

Cuarenta y ocho días más tarde, después de que Phipps se hubiera recuperado completamente de la enfermedad, el doctor Jenner le inyectó al niño infección de viruela humana, pero esta vez no mostró ningún síntoma o signo de enfermedad.

 

14 mayo viruela